martes, 23 de agosto de 2016

El oro y la plata en el hombre


"Que se les haga entender que los dioses han puesto en su alma oro y plata divina y, por consiguiente, que no tienen necesidad del oro y la plata de los hombres; que no les es permitido manchar la posesión de este oro inmortal con la del oro terrestre; que el oro que ellos tienen es puro, mientras que el de los hombres ha sido en todos los tiempos origen de muchos crímenes. En el Estado serán ellos los únicos, entre los ciudadanos,  a quienes esté prohibido manejar y hasta tocar el oro y la plata, guardarlo para sí, adornar con ellos sus vestidos, beber en copas de estos metales, y este será el único medio de conservación así para ellos como para el Estado. Porque desde el momento en que se hicieran propietarios de tierras, de casa y de dinero, de guardianes que eran se convertirían en sus enemigos y tiranos; pasarían la vida aborreciéndose mutuamente y armándose lazos unos a otros; entonces los enemigos que más deberían temerse serían los de dentro, y el Estado y ellos mismos correrían rápidamente hacia su ruina."

(Platón, "La República"