"Quiero que entiendas que tú no eres, que tú no posees cualidad alguna, que no existes y que no existirás jamás, ni por tí mismo, ni por Él, ni en Él ni con Él. Tu no puedes dejar de ser porque no eres. Tú eres Él y Él es tu, sin mediación alguna y sin causa. Sólo si logras reconocer en tu existencia la cualidad de la nada podrás conocer a Allah."
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"Todo aquello que tú crees que es distinto de Allah, en realidad es Allah, aunque tú no lo sepas. Le ves, pero no sabes que le ves. Cuando seas capaz de comprender que no eres distinto de Allah, cuando este misterio te sea desvelado, entonces comprenderás cuál es tu fin, comprenderás que tu extinción no es posible, comprenderás que jamás has dejado de ser y que jamás dejarás de existir.
Comprenderás que todos los atributos de Allah son tus atributos, que tu exterior es el Suyo, que tu interior es el Suyo, que tu comienzo es el Suyo y que tu fin es el Suyo. No hay duda alguna ni posibilidad de error en estas cosas: tus cualidades son las Suyas y tu naturaleza es la Suya. Más no por ello Él se convierte en ti o tú te conviertes en Él, pues todas estas cosas son ciertas sin necesidad de transformación, disminución ni aumento alguno."
(Ibn al Arabi, "Tratado de la unidad")