"A unos los posee el deseo de riquezas y de lujo, a otros les domina el anhelo de poder y gobierno, de ambición y fama. Pero el carácter humano más sincero es el que se dedica a la contemplación de las cosas más hermosas, y ése es al que podríamos llamar filósofo.

Él añadía además que era hermosa la contemplación del firmamento en su totalidad y de las estrellas que giran en él si uno pudiera observar su orden, lo que ocurre por participación de lo primario y lo inteligible. Y lo primero es aquello que transmite por doquier la naturaleza de los números y de las razones, y a través de lo cual todas estas cosas son ordenadas con cuidado y bellamente, como conviene. Y la sabiduría es la ciencia de las cosas hermosas y primarias, divinas y puras, que siempre se mantienen iguales y de las que participan todas las cosas que podrían llamarse bellas. La filosofía es el estudio diligente de tal contemplación. Hermoso también es este mismo cuidado por la educación que tiende a enderezar a los seres humanos."

("Sobre la vida pitagórica", Jámblico de Calcis)


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"En este sentido Pitágoras obraba una purificación del intelecto; tal era el modelo de su educación y tales las cosas por las que tenía interés."

("Sobre la vida pitagórica", Jámblico de Calcis)