"CAÍN, QUE MATÓ A SU HERMANO ABEL, el pastor, y construyó la primera ciudad, prefigura la civilización moderna. Ésta ha sido descrita desde dentro como "máquina asesina sin conciencia y sin ideales", "ni humana, ni normal, ni cristiana" y en definitiva, como "una anomalía, por no decir una monstruosidad": Alguien ha dicho: "Los valores de la vida retroceden lentamente. Queda la fachada de la civilización sin ninguna de sus realidades". Se podrían citar críticas parecidas indefinidamente. La civilización moderna, por su abandono de todo principio, se puede comparar a un cuerpo sin cabeza cuyos últimos movimientos no son más que convulsiones carentes de sentido. Sin embargo, de lo que queremos hablar no es de suicidio, sino de asesinato.
El viajero moderno -"tu nombre es legión"- que tiene la intención de visitar un "paraíso perdido" como Bali, a menudo pregunta si esta isla ya está contaminada. Esta es una confesión ingenua, por no decir trágica. Este hombre, en efecto, no se da cuenta de que reconoce su culpabilidad y de que su pregunta equivale a preguntar si la fuente del equilibrio y de la gracia en las otras civilizaciones ya ha sido envenenada por el contacto con hombres como él y con la cultura de la que él es producto."
("¿Acaso soy el guardián de mi hermano?", AK Coomaraswamy)
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