jueves, 21 de noviembre de 2019

JOKER



La película "Joker", toca de una forma inquietante el tejido de nuestra sociedad actual, y hace ver que hay un "algo" que falla profundamente en nuestras sociedades, en las que la tecnología no resuelve las cuestiones más básicas, como se cree muchas veces que así debiera de hacer, ("pensamiento mágico 2.0").

Esa misma tecnología, que se esperaba podría ser una herramienta de democratización de la información, decepciona una vez más, y usurpada está en camino de convertirse en justamente lo contrario, una herramienta de control masificado y masificante; un control sin piedad.

Las sociedades actuales, una tecnocratía que se hace pasar por democracia, y que ya a casi nadie convence, sigue pero avanzando de modo autómata. Su, hasta ahora, última crisis "económica", que a parte del sufrimiento que ha infringido a los que de todas formas menos tienen, no ha traído ningún otro cambio en ese turbocapitalismo, que no para de acelerar, y a hacer más indecentemente poderosos a los ya de por sí poderosos, siempre através del dinero. Si nada cambia, ese tren descarrilará, con consecuencias devastadoras.

La falla, esa gran grieta en el tejido de la sociedad, tiene que ver con la pregunta central de la Justicia: Esa pregunta de Justicia que está en el exacto medio, con grandes letras y de flamante color, pero que nadie aborda.

La Justicia es parte integrante de lo crístico. Una sociedad no justa, tampoco es cristiana. Aunque se vocifere exactamente lo contrario, el fascismo (y el "neo-fascismo 2.0"), que agrede al más débil, no son sociedades crísticas, y por lo tanto tampoco "católicas". Cristianismo y capitalismo fascistoide no van juntos; son antagónicos.

En Cataluña, Chile, Hong-Kong, entran las calles en ebullición, ya que no se deja una salida a la negociación, y su parte formal; el ejercicio de votar. En Bolivia el ejército hace un golpe de estado, que en los medios de "comunicación", de los supuestos países democráticos, ni siquiera ya se dignan en llamar así.

Unos medios de comunicación que pervierten y tergiversan el lenguaje, lo que en toda regla son "golpes de estado", (usando la fuerza militar), ya no lo son. Y lo que no lo son (sin violencia y sin ejércitos, poniendo urnas), ya no son "democracia", son de repente "golpes de estado" (y "terrorismo" y "fascismo", todo junto). Todo se vale, también en contra de la más simple lógica, en nombre de la "ideología".

Máscaras que caen y caen; un catolicismo, que poco cristianamente ha masacrado a lo largo de la historia a otras comunidades; hace no tanto el nacional-catolicismo en España, avanzadilla (y largo epílogo) del fascismo alemán. Algo antes, ese mismo nacional-catolicismo casi exterminó a los pueblos indígenas Americanos, y su cultura.

Aún antes, en la edad media, el catolicismo romano, combatió (eufemismo de asesinar quemándolos en las hogueras) a todas las "herejías", como sobre todo a los cátaros, los trovadores y albigenses del Languedoc y los Pirineos, que, junto a otras "herejías", eran los custodios de lo esotérico de la sociedad occidental. También de lo esotérico cristiano.

Y tuvieron que "desaparecer"; hacerse invisibles en la corriente subterránea, que corriendo por debajo de la realidad histórica, sigue siendo el riego vital que mantiene, pese a todo, a la época volcada al materialismo más vil, (Kali Yuga-Edad de hierro).

Y nos damos cuenta que;
sin el Grial, la naturaleza no da sentido, (y entonces se destroza).
Con el Grial, la naturaleza se ordena entorno suyo, y da fruto-alimento, (y es a la vez espiritual).



(Mikael, Comentario sobre "Joker" de Avelina Lesper; https://www.avelinalesper.com/2019/10/joker.html)



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